En 1866, a objeto de cumplir los urgentes plazos dados por el editor para la entrega de su siguiente libro, Dostoievski contrató a una taquígrafa llamada Anna Grigórievna Snítkina. Durante 26 días estuvieron juntos, viviendo largas jornadas de trabajo en donde el escritor ruso dictó cada párrafo que pasaba por su mente. Pasado ese tiempo, dio por concluida la novela y la entregó a la editorial. Se trataba de El jugador, un título que iba ser capital en su biografía, no solo su relevancia literaria, también porque, durante ese tiempo, Ana y él se enamoraron. Celebraron su boda al año siguiente.  

Desde entonces, y hasta el fallecimiento de su marido, en 1881, Ana estuvo a su lado, ayudándole en sus quehaceres literarios. Luego, tras su desaparición, se dedicó a difundir su obra y salvaguardar su memoria. De allí este libro que publica la editorial Espinas, en donde Ana, además de demostrar su capacidad como escritora, da a conocer algunos de los aspectos más desconocidos del escritor ruso. Así, retrata aquí, no solo el talento creativo de su marido, también su adicción al juego, sus ataques de epilepsia, los entresijos del ámbito editorial o las dificultades que como matrimonio vivieron, entre ellas la triste pérdida de una hija. Siempre, desde una perspectiva femenina que hace de este libro uno de los más interesantes y atípicos que se pueden leer sobre el autor de Crimen y castigo; ofreciéndonos, además, el añadido de darnos a conocer la personalidad de Ana y sus reflexiones. Algo que, debido a la escasez de obras similares escritas por mujeres de la época, resulta especialmente valioso.

Es la primera vez que Dostoievski, mi marido se publica en español. La editorial Espinas, de reciente creación, nos brinda así uno de los textos más interesantes que hemos tenido la oportunidad de conocer en los últimos años. Por todo ello, lo recomendamos encarecidamente.

SINOPSIS DE LA CONTRAPORTADA

“La intensa vida de Ana está llena de momentos inolvidables. Su matrimonio con el genial escritor Fiódor Dostoievski provoca un cambio radical en la que hasta entonces era una muchacha tímida y la convierte en una mujer valiente y segura de sí misma. La protagonista de estas memorias puras y sencillas atraviesa experiencias vitales de gran dureza, de la muerte de sus hijos a los celos enfermizos y la adicción al juego del hombre con el que comparte su vida. Ana, con apasionada claridad y gracia, nos aproxima a la figura del célebre autor de Crimen y castigo desde la perspectiva de quien más le conoció. La autora se revela como una cronista sincera y sorprendente en un tiempo en el que era difícil escuchar la voz de las mujeres. Además, nos relata la construcción y las obsesiones de su marido al escribir El idiota, la difícil creación de Los demonios y su posterior difusión y dónde está ella misma en Los hermanos Karamázov”.