jueves, 21 de noviembre de 2024 00:00h.

Siete curiosidades de ‘El arte de la pintura’ de Johannes Vermeer

1 – Como suele ser habitual con las obras de Vermeer, se desconoce el año exacto en que se realizó.

Se considera, según los investigadores, de 1666, aunque su elaboración costó varios años. Por cierto: era una de sus obras favoritas y no la quiso vender jamás.

2  - Se considera que es un autorretrato del propio Vermeer en donde hace una alegoría ensalzadora del arte.

Por eso se representa en su taller, ilustrando a la musa de la historia, Clío (como demuestra su corona de laurel, el cuerno y el libro). Esto, además, podría ser una crítica a los temas históricos tradicionales de la pintura y una reivindicación de nuevos estilos.

3 – Se cree que la muchacha que tomó como modelo es su propia hija, Maria.

Esto reforzaría aún más el carácter personal de su obra.

Detalle del cuadro La alcahueta (c. 1656), considerado un posible autorretrato de Vermee

4 – Se le ha dado un significado político y/o religioso.

Principalmente, por el magnífico candelabro de arriba a la derecha: un águila de dos cabezas, símbolo de los Habsburgo. Su ausencia de velas sería una manifestación de que el poder de esta dinastía estaba menguando (hay que recordar que en 1648 las provincias holandesas del norte se habían independizado de España).

Otra interpretación, en esta misma línea: la falta de velas implicaría la cada vez mayor expansión del protestantismo en Holanda, algo que Vermeer, católico, quiso reflejar.

5 – Entre sus muchas virtudes está su extraordinaria luminosidad.

Aunque la fuente de luz está oculta por la cortina de la izquierda, el resultado es sorprendente. Vermeer, con ello, refuerza el sentido glorificador del arte, más aún, porque está iluminando directamente a su musa (además de la mesa y sus telas).

El arte de la pintura (detalle del mapa)

6 – Merece la pena fijarse en los detalles.

Así, por ejemplo, suele pasar desapercibida la silla que hay en primer plano, como si invitara al espectador a sentarse. Sí es más evidente el inmenso mapa de la pared, de los Países Bajos. Por otra parte, algo llamativo: vemos al pintor con ropas del siglo XV (¿quizá porque Vermeer quería vincularse con los maestros de esa época?).

7 – Hoy está en el Museo de Historia del Arte en Viena, pero, antes, se intentó pasar como si fuera de otro autor y estuvo en manos del mismo Hitler.

Así, en 1813 la compró un conde austriaco, sin saber que era de Veermer. De hecho, desde entonces se ofreció como obra de Pieter de Hooch, e incluso se ubicó su firma sobre la pintura. Luego se descubrió su autor real. Cuando los nazis invadieron Austria en 1939, pasó a manos de Hitler.