jueves, 21 de noviembre de 2024 00:00h.

Siete curiosidades de la ‘Venus del espejo’, de Diego Velázquez

1 – Aunque aparecen representados la diosa Venus y su hijo Cupido, Velázquez dio a la obra un sentido realista y erótico.

De hecho, si no fuera por Cupido, sería difícil adivinar quién es la mujer. Así, según la crítica de arte Natasha Wallace: “El ambiente clásico es una excusa para una sexualidad estética muy material, no del sexo en sí, sino una apreciación de la belleza que conlleva atracción”. 

2 – Se sabe poco de sus orígenes, seguramente, por tratarse de un desnudo.

Se ha conjeturado con la posibilidad de que fuera un encargo de Gaspar de Haro y Guzmán, marqués del Carpio (a quien según Dawson Carr le gustaba el arte “casi tanto” como las mujeres). El hecho de que este la tuviera en su casa en 1651, junto a los datos proporcionados por distintos estudios, ha llevado a datar la obra entre 1647 y 1651.

Autorretrato de Velázquez (detalle de su cuadro Las meninas, de 1656)

3 – Se desconoce quién fue la modelo.

Ahora bien, hay quien señala que pudo ser la pintora Lavinia Triunfi. Otros piensan, sin embargo, que sería una amante que Velázquez tuvo en Italia.

4 – La obra es llamativamente original: no sigue las reglas de este tipo de cuadros.

Así, lo habitual es representar a Venus rubia, con joyas, rosas y el mirto. Además, su rostro, que siempre destaca, aparece aquí borroso. Por su parte, Cupido aparece sin su arco y flechas y tiene una cinta rosa de significado desconocido (¿el amor? ¿Los lazos del amor? ¿Es una venda?).

5 – El espejo, de importancia central, permite que la diosa mire al espectador.

De hecho, este sería un juego habitual en la pintura de Velázquez. Como señala Calvo Serraller, sería una forma de expresar “la conciencia de la representación”.

Venus con un espejo, de Tiziano. Aquí aparece la diosa con sus elementos característicos.

6 – Sufrió el ataque de una sufragista el 10 de marzo de 1914.

Así, una tal Mary Richardson le asestó siete cortes con un hacha corta de carnicero. Lo hizo, en teoría, para protestar por la detención de una compañera sufragista. Esta explicó: “He intentado destruir la pintura de la más bella mujer en la historia de la mitología como una protesta contra el Gobierno por destruir a la Sra. Pankhurst, quien es la persona más hermosa de la historia moderna”. En 1952 dijo también que “no le gustaba la manera en que los visitantes masculinos la miraban boquiabiertos todo el día”.

7 – Fue robada durante la Guerra de la Independencia Española y, por eso, hoy día la conserva la National Gallery de Londres.

Concretamente, se cree que se la llevó algún oficial inglés de la casa de Manuel Godoy (este la había comprado en 1802 a la casa de Alba). Una vez en Inglaterra, la adquirió por 500 libras John Morritt, pasando, tiempo después, a la National Gallery.