Después de ganar el premio Espasa con Emocionarte. La doble vida de los cuadros, que le valió el apoyo de crítica y público, Carlos del Amor (Murcia, 1974) publica, como continuación, Retratarte: Cuando cada mirada es una historia. Así, tras ofrecer en el primer título un recorrido por las circunstancias e interioridades de 35 cuadros, en esta ocasión el autor opta por centrarse en el mundo del retrato y proponernos un viaje por la historia del arte a partir de la mirada, no solo de los personajes aparecidos en varias obras, también de los artistas que los plasmaron.

Al igual que en Emocionarte Carlos del Amor plantea su relato desde una óptica literaria, pues imagina pensamientos, diálogos y situaciones para hacer más amena la lectura. Como señala él mismo en el prólogo del libro: “Mi idea era sencilla o, al menos, yo la veo así: revivir momentos tal como pudieron ser. Imaginar ese instante íntimo entre artista y modelo”. Ahora bien, esta idea, que conforma el lado más libre de la obra, sirve de cemento a un objetivo mucho más complejo: profundizar en esos cuadros y en sus circunstancias para retratar la cultura y sociedad del momento.

Con esta original fórmula el autor logra que el lector aprenda más fácilmente los principios del arte, invitándonos a reflexionar sobre nuestro pasado, nuestra forma de ser y los propios tiempos que vivimos. Además, las obras que incluye –35, en donde estudia tanto a retratados como pintores- no son las que habitualmente aparecen en los manuales, dándose además un esfuerzo especial para ofrecer novedades y temas menos conocidos (entre ellos, el mundo de las mujeres artistas). Por todo eso, su estilo y su labor divulgativa, recomendamos este libro tanto a quienes tienen ya unos conocimientos sobre este ámbito como a neófitos.

SINOPSIS DE LA CONTRAPORTADA:

“Carlos del Amor va un paso más allá en el viaje a través de los cuadros que emprendió con Emocionarte. Esta vez se centra en el retrato, un género que le permite recrear las vidas de los retratados y de los artistas, y cómo estos últimos también se retratan en su forma de pintar. La elección de sus modelos o los retratos de encargo, la fidelidad realista al retratado o la percepción de este por parte del artista, el autorretrato que tantos practican, quiénes eran los modelos y qué vidas llevaban, las dificultades de acogida de la obra por parte de quien la encarga o por el público, forman parte de la historia íntima de estas obras que iremos descubriendo en el libro.

Con su característico estilo literario, Carlos del Amor nos muestra un mundo detrás de cada cuadro y, de nuevo, nos revela que han sido muchas las mujeres artistas, y muy poco conocidas hasta ahora”.