Siete curiosidades de “Psique abandonada”, de Augustin Pajou
1 – Es una de las obras más importantes de Augustin Pajou (1730-1809)
Este la realizó durante la década de 1780 y resultó muy costosa, tanto por los materiales empleados (rechazó tres bloques de mármol antes de hallar el deseado) como por las modelos que utilizó. Tiene, además, gran tamaño: 177 cm. de alto, 86 de largo y 86 de ancho.
2 – Representa a Psique justo después de abandonarle Eros.
Así, la mitología nos cuenta cómo la bella Psique planea matar a su marido, Eros, tras hacerle creer sus envidiosas hermanas que él es en realidad un monstruo. Una noche, para observarlo mientras duerme y comprobar si esto es cierto o no, enciende una lámpara de aceite, pero este despierta al caer una gota cae sobre él y huye decepcionado (en la escultura vemos, abajo, la lámpara y un puñal). Pajou, pues, representa la desesperación de Psique tras darse cuenta de que ha sido engañada: apoya el brazo izquierdo en el cojín para no caerse, lleva la mano derecha al corazón y llora con la boca entreabierta.
Retrato de Augustin Pajou
3 – Llama la atención porque Pajou se atrevió a plasmar una mujer real, rompiendo los cánones habituales.
Aquí no se siguen los manierismos y referencias propias del pasado. Psique no está idealizada, se notan los pliegues del vientre y muestra unas caderas y muslos totalmente realistas. En contraposición, los motivos decorativos del pedestal, sí siguen la tradición.
4 – La escultura recibió rechazo por, precisamente, ese realismo.
De hecho, la consideraron indigna del mito que representaba. Se criticó su peinado por ser voluminoso, su pose y su cuerpo por no ser lo suficientemente nobles, y también, que la mujer representada era demasiado mayor para ser Psique. Tampoco gustó que su rostro tuviera rasgos propios de Francia.
Otra perspectiva de la obra
5 - Se retiró de su lugar de exposición tras considerarse “indecente”.
Se expuso en 1785 en el “Salón” (“Salon de peinture et de sculpture”), pero solo cinco días después se devolvió al escultor por la denuncia del párroco de Saint-Germain-L’Auxerrois. Ahora bien, esta decisión se tomó, más que por la desnudez en sí (no era raro ver mujeres así en el arte), por el hecho de haber representado esta con tanto realismo.
6 - La denuncia, sin embargo, motivó a más personas para verla.
Panjou, desde entonces, recibió de forma habitual visitantes en su estudio, interesados por esa obra que tanta polémica había despertado.
7 – En la actualidad se conserva en el Louvre.
Así, estuvo en el Palacio de Luxemburgo antes de formar parte de la colección del museo francés en 1829.