En total, 846 obras se presentaron este año al premio Planeta, consignándose así el mayor récord de participación de su historia. De ellas, quedaron nueve finalistas (inicialmente fueron diez, pero en las últimas horas se eliminó una tras descubrirse que ya había aparecido en una plataforma digital); y esta noche se ha conocido el nombre de la autora ganadora: Luz Gabás (1968), por Lejos de Luisiana, una, en palabras de la premiada, “novela histórica cuya acción transcurre en el enorme territorio que España poseyó en el corazón de Norteamérica en el siglo XVIII”, además de “una historia de amor, lealtad y traición, sufrimiento y esperanza” que muestra “la tensión entre la pasión y la razón” y “el esfuerzo y la fortaleza necesaria en los tiempos de incertidumbre”. Como finalista del premio ha quedado Cristina Campos (1975), por Historias de mujeres casadas, que ha reivindicado ante la ministra de educación el estudio de las letras y la creatividad frente a la lógica matemática y lo memorístico.

Cristina Campos, finalista por Historias de mujeres casadas

La elección, una vez más, evidencia lo imposible que resulta ganar el Planeta a todo autor que no cuente ya con un público consolidado. Las bases del premio, por supuesto, aceptan todo tipo de concurrentes, pero siempre los aspirantes se encuentran con la misma realidad. En 2021 ganó el trío de autores que escribían los exitosos libros de Carmen Mola; en 2020 lo hizo Eva García Sáenz de Urturi, escritora que ya en aquel  momento  contaba con cientos de miles de lectores; y en 2019 lo hizo Javier Cercas, a quien se conoce muy bien desde que público su Soldados de Salamina. No fueron excepciones. Antes estuvieron Santiago Posteguillo, Javier Sierra , Fernando Savater, Juan José Millás, Alfredo Bryce Echenique, Maruja Torres y, ya en los años noventa, Camilo José Cela, Mario Vargas Llosa y Antonio Gala. Porque el premio Planeta, no debe olvidarse, busca equilibrar tanto el valor comercial como el literario (aunque alguna vez este se haya puesto en tela de juicio, y si no, recordemos la polémica que Juan Marsé protagonizó en 2005).

Esto no significa que el premio mejor dotado de las letras españolas (un millón de euros se lleva en la actualidad el ganador) haya perdido su prestigio social o que no guarde una cierta capacidad para la sorpresa (por ejemplo, que en 2014 lo ganara Jorge Zepeda Patterson). De hecho, su concesión sigue siendo una fiesta a la que acuden numerosos autores y personalidades –este año la vicepresidenta del gobierno Yolanda Díaz y el ministro de cultura Miguel Iceta, entre otros- alcanzándose así la mayor repercusión mediática que tiene cualquier premio de origen español. Nuestra enhorabuena a Luz Gabás y a Cristina Campos.