Muere Sterling Lord, el hombre que descubrió a Kerouac
Su insistencia fue fundamental para que Kerouac lograse publicar En el camino, pese al reiterado rechazo de las editoriales. También trabajó con Ken Kesey (Alguien voló sobre el nido del cuco/Atrapado sin salida) y publicó la obra en que se basó Goodfellas, de Martin Scorsese.
A la altura de 1952 Sterling Lord (1920-2022) acababa de iniciar su carrera como agente literario y pugnaba por hacerse un hueco en ese mundo. Hasta el momento, no había tenido suerte en sus proyectos, sobre todo, tras el cierre de Weekend, la publicación que había comprado poco atrás y le había supuesto enormes pérdidas económicas. Sin embargo, todo cambió para él cuando, ese mismo 1952, entró en su oficina en Park Avenue un joven de 29 años –Lord tenía solo dos más- que vestía “una chaqueta ligera con una camisa a cuadros liviana debajo”. Se llamaba Jack Kerouac, era escritor y llevaba consigo un manuscrito que, hasta el momento, nadie había considerado lo suficientemente bueno para ser publicado: En el camino, un texto que, pese a todo, estaba destinado a marcar buena parte de la literatura estadounidense posterior.
Sterling Lord consideró que aquella era una gran obra, por contenido, originalidad y narración. Así que comenzó a moverla por las editoriales a la espera de despertar el interés de alguien, pero, en su largo peregrinar, solo halló negativas y malas críticas. Como le dijo un editor: “Esta no es una novela bien hecha, ni vendible, ni siquiera, creo, buena”. Sin embargo, y pese al paso de los años, no abandonó, porque creía en ella. De hecho, lo hacía más que el propio Kerouac, quien llegó a considerar apartarse del mundo literario, cansado de tantas cartas de rechazo.
Jack Kerouac, fotografiado por Tom Palumbo, hacia 1956
Un día de 1957, tras conseguir publicar algunos fragmentos de En el camino en varias revistas, Lord recibió la llamada que durante tanto tiempo había estado esperando: era la editorial Viking Press y estaba interesada en el título. Le ofrecían mil dólares de anticipo por la cesión del manuscrito, cifra que pese a no ser alta, Lord aceptó a la espera de que el público terminara dándole la razón. Y así fue. Cuando el libro recibió una reseña muy positiva en The New York Times empezó a venderse de forma masiva, convirtiéndose tiempo después en una de las obras principales de la llamada “Generación Beat”. De hecho, hoy, con más de cinco millones de copias distribuidas, es uno de los títulos más exitosos de todos los tiempos.
A partir de entonces Lord se convirtió en alguien extraordinariamente popular en el mundo literario, más aún cuando demostró que lo suyo no había sido un golpe de suerte. Así, entre los libros que publicó posteriormente hay clásicos como Alguien voló sobre el nido del cuco (Atrapado sin salida en otros mercados) o Wiseguys, la novela que dio origen a una de las películas más laureadas de Martin Scorsese, Goodfellas. Además, nunca se cansó de trabajar. Tenía más de 90 años cuando publicó sus memorias, y 99 cuando decidió poner en marcha una nueva agencia cuya primera publicación, por cierto, fue una novela de, seguramente, el único autor importante que le superaba en edad, Lawrence Ferlinghetti.
La muerte de Lord este 3 de septiembre, precisamente la fecha en que cumplía 102 años, supone, por tanto, el cierre de un capítulo más de la extensa historia de la Generación Beat. Descanse en paz.