jueves, 21 de noviembre de 2024 12:33h.

110 años del hundimiento del Titanic: recorrido fotográfico de una tragedia

Fue en la noche del 14 al 15 de abril de 1912: el roce con un iceberg provocó el hundimiento del Titanic, uno de los grandes logros de la ingeniería del siglo XX. El barco que se había publicitado como “insumergible” se perdió en las frías aguas del océano Atlántico tras dos horas y media de horror, dejando tras de sí más de 1500 víctimas.

Titanic

Era la noche del 14 de abril. El transatlántico británico Titanic, el mayor barco de pasajeros jamás construido, navegaba rumbo a Nueva York con más de 2200 personas a bordo. Entre ellas, el ingeniero que lo había proyectado, Thomas Andrews, orgulloso de su creación. No era para menos: en su construcción se habían empleado dos años y el resultado, con sus 270 metros de longitud, 53 metros de altura y 46.328 toneladas, era impresionante. Además, le había incorporado unas medidas de seguridad sorprendentes –entre ellas, un casco de doble fondo y dieciséis compartimentos estancos-, lo cual había llevado a sus dueños a publicitar el Titanic como una nave “insumergible”.

Retrato del ingeniero Thomas Andrews 

Esa noche había estrellas, pero la luna estaba oculta y apenas dejaba ver el horizonte. Además, el mar permanecía en una total quietud, por lo que no era fácil guiarse por su sonido. Aún así, a veinte minutos para la medianoche el vigía Frederick Fleet observó, a lo lejos, un iceberg, por lo que los encargados del barco se apresuraron a virar la nave. Lo lograron, pero no pudieron evitar que una zona de estribor rozara aquel gran bloque.

El impacto no pareció, al principio, grave. Se sintió un temblor y empezaron a caer en la cubierta distintos fragmentos de hielo. Algunos de los pasajeros los agarraron y empezaron a jugar entre ellos. Incluso se atrevieron a soltar alguna broma, pues dijeron que podrían utilizarlos para su whisky. Y todo, mientras la orquesta seguía tocando sin manifestar problema alguno. En realidad, no hubo sensación de peligro hasta que fue demasiado tarde, cuando Andrews, el diseñador del barco, pudo ver los efectos y calculó que el Titanic se hundiría en dos horas.

El iceberg que hundió el Titanic

Tras ser conscientes de la gravedad, los oficiales buscaron que no cundiera el pánico y organizaron las tareas de rescate llamando a la calma. Sin embargo, todo se desarrolló lentamente y con poca eficiencia. Al principio, por la confusión, ni siquiera se aprovecharon bien los botes salvavidas (su número, además, era insuficiente para trasladar a todos los pasajeros). A tal punto que los primeros en partir ni siquiera se llegaron a ocupar del todo.  

A las 2.18 de la madrugada del 15 de abril el barco se partió en dos: fue entonces cuando se vivió una de las escenas más terribles, con la proa hundiéndose en el océano mientras la popa quedaba en una posición casi vertical. Dos minutos después el Titanic se hundía enteramente. Quedaron entonces sobre las aguas algunos supervivientes, conscientes de que nadie podría rescatarles. Alejados de ellos, los 710 pasajeros que habían escapado en los botes escuchaban sus gritos de fondo. Entre los fallecidos, el capitán Smith y el ingeniero Andrews, que había tratado de ayudar hasta el último momento en los rescates. Según varios testimonios, la última vez que se le vio con vida trataba de poner en hora el reloj de un salón.

Instalación, en torno a mayo de 1911, del eje de la hélice de estribor del Titanic 

Vista de la proa del Titanic unos días antes de la ceremonia de botadura

El casco del Titanic se desliza hacia atrás durante su salida

El gimnasio de primera clase del Titanic. Su instructor permaneció en su puesto el 14 de abril y se hundió con el barco

Pasajeros utilizando bicicletas estáticas en el gimnasio del Titanic

Última foto del Titanic a flote, tomada el 12 de abril de 1912

El vigía Frederick Fleet, que fue el primero en divisar el iceberg. Logró ser rescatado, aunque su vida no fue fácil: sufrió siempre la culpa del superviviente, participó en las dos guerras mundiales, cayó en varias depresiones y finalmente se quitó la vida.

Supervivientes del Titanic en uno de los botes

Supervivientes entrando en calor en la cubierta del Carpathia

Familiares esperando a los supervivientes en Southhampton

Un superviviente firmando un autógrafo a una mujer

Una imagen de la proa tomada en 2004

La bañera del camarote del capitán Smith, tomada también en 2004