ENRIQUE BARA
De cómo el cine creó el baile tradicional griego más famoso
El “sirtaki”. Hemos visto este baile en multitud de ocasiones: en películas y series de televisión, celebraciones vinculadas con el mundo griego, festivales, musicales e, incluso, en “flashmobs”. Un grupo de personas se reúnen en formación generalmente lineal, con los brazos entrelazados y, al ritmo de la música, hacen una serie de movimientos que van pasando de los ritmos lentos a los rápidos. Hoy se considera uno de los bailes más conocidos del mundo y un pilar de las tradición griega. Y sin embargo, su origen se debe a una película, Zorba el griego, de 1964, y a tres hombres: Mikis Theodorakis, Giorgos Provas y el actor Anthony Quinn,
El primero de ellos –compositor, político e intelectual griego- fue quien creó, como banda sonora del film, la hipnotizante música que lo acompaña. Lo hizo a petición del director Michael Cacoyannis, quien quería “una danza lenta que se vuelva cada vez más rápida”, para acompañar a la banda sonora. Así hizo Theodorakis, pasando su composición al bailarín Giorgos Provas, quien la coreografió a partir de bailes como el hasapiko y el zeibekiko. Ahora bien, se vio obligado a trabajar a partir de una circunstancia muy concreta: a Anthony Quinn, el actor intérprete de “Zorba”, le dolían las rodillas y no podía hacer determinados movimientos. De modo que los dos improvisaron hasta darle forma. ¿El resultado? La danza que vemos en la famosa escena final de la película, cuando los personajes de Zorba y el escritor inglés Basil (interpretado por Alan Bates) bailan en la playa de Stavros.
Anthony Quinn y Mikis Theodorakis en 1995
La música y la coreografía, por su optimismo y alegría, gustaron mucho. Tanto que a partir de ese momento Grecia se hizo extraordinariamente popular, como se pudo comprobar cuando, tras la caída de la “Dictadura de los coroneles” (1967-1974), recibió una masiva llegada de turistas. Luego, en 1983, la danza volvió a tener relevancia gracias a un musical en Broadway en donde nuevamente Anthony Quinn interpretó a Zorba. Y, desde entonces, su fama se fue extendiendo, llegando a considerarse hoy día, pese a su origen, como el segundo himno de Grecia. Un ejemplo de cómo los tiempos modernos, junto a las necesidades turísticas, son capaces de inventar rápidamente nuevas tradiciones.
Por cierto, Anthony Quinn la interpretó una última vez en público en 1995, cuando con 80 años, durante un concierto de Mikis Theodorakis en Munich, la bailó junto a su propio compositor, revelando el orgullo que ambos siempre habían sentido por formar parte de esa composición histórica.