18 poemas de amor en el Día Mundial de la Poesía
Este 21 de marzo se celebra el Día Mundial de la Poesía. Por eso hemos hecho algo especial: ofrecer dieciocho poemas de amor de algunos de nuestros autores favoritos. Gabriela Mistral, Jaime Sabines, Dulce María Loynaz o Federico García Lorca son algunos de ellos. Sí, se dice que la poesía no cambia el mundo, pero frente a estos tiempos de falta de empatía, en donde domina el egoísmo y el pensamiento único, resulta una de las rebeldías más bellas. A veces, incluso, un antídoto.
BESOS (Gabriela Mistral)
Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.
Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.
Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.
Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.
Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.
Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.
Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.
Desde entonces en los besos palpita
el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.
Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.
Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.
¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenáronse de lágrimas tus ojos.
¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.
Yo te enseñe a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.
Gabriela Mistral (Chile, 1889-1957) | Su poesía está entre lo más grande de la literatura latinoamericana. En sus orígenes tenía gran influencia del modernismo, pero luego halló un estilo personal, de gran musicalidad y simbolismo, más sencillo en su lenguaje y marcado por las penas, el amor y la sensación de abandono. Su labor como educadora le hizo tener además especial atención a los niños, a quienes dedicó bellos versos, canciones de cuna y rondas.
AMOR TARDÍO (José Ángel Buesa)
Tardíamente, en el jardín sombrío,
tardíamente entró una mariposa,
transfigurando en alba milagrosa
el deprimente anochecer de estío.
Y, sedienta de miel y de rocío,
tardíamente en el rosal se posa,
pues ya se deshojó la última rosa
con la primera ráfaga de frío.
Y yo, que voy andando hacia el poniente,
siento llegar maravillosamente,
como esa mariposa, una ilusión;
pero en mi otoño de melancolía,
mariposa de amor, al fin del día,
qué tarde llegas a mi corazón…
José Ángel Buesa (Cuba, 1910-1982) | Llama la atención que un autor que en su día alcanzó una fama similar a la que tuvo Neruda ofrezca en estos momentos tan pocos estudios sobre su vida y obra. Más aún cuando su poesía, sentimental, tiene una capacidad especial para llegar a los lectores. Porque sus versos son directos, porque son bellos y porque rápidamente uno se identifica con lo que dice. Como dice el profesor Gustavo Pérez: “la poesía de Buesa, en vez de obviar la necesidad de una lectura acuciosa, la solicita. (…) igual de estimulante puede ser la indagación en lo fácil, en el espesor de las superficies, sobre todo, cuando detrás de la tan mentada ‘facilidad’ de Buesa se oculta una práctica de escritura mucho más compleja de lo que se piensa”.
LA FORMA DE QUERER TÚ... (Pedro Salinas)
La forma de querer tú
es dejarme que te quiera.
El sí con que te me rindes
es el silencio. Tus besos
son ofrecerme los labios
para que los bese yo.
Jamás palabras, abrazos,
me dirán que tú existías,
que me quisiste: Jamás.
Me lo dicen hojas blancas,
mapas, augurios, teléfonos;
tú, no.
Y estoy abrazado a ti
sin preguntarte, de miedo
a que no sea verdad
que tú vives y me quieres.
Y estoy abrazado a ti
sin mirar y sin tocarte.
No vaya a ser que descubra
con preguntas, con caricias,
esa soledad inmensa
de quererte sólo yo.
Pedro Salinas (España, 1891-1951) | El madrileño Pedro Salinas es el mayor "poeta del amor" de la Generación del 27. Sus poesías son de versos cortos, evitan la rima y destaca, como dijo Leo Spitzer, su conceptismo interior, además de, por supuesto, la forma en que ahonda en el sentimiento amoroso. Y es que, a diferencia de los poetas que lo relacionan con el sufrimiento, Salinas lo entiende como algo que da plenitud y sentido a la vida. Como algo que ilumina y enriquece. Para él, además, la poesía era algo que tenía que tener autenticidad, belleza e ingenio.
POEMA 20... PUEDO ESCRIBIR LOS VERSOS MÁS TRISTES ESTA NOCHE… (Pablo Neruda)
Puedo escribir los versos más tristes está noche.
Escribir, por ejemplo: «La noche esta estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos».
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Pablo Neruda (Chile, 1904-1973) | Sin duda, uno de los poetas más conocidos del mundo, sobre todo, por su Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924). Una obra con imágenes de gran originalidad en donde ofrece un amor juvenil, pleno de pasión pero, a la vez, lleno de amargura.
ACUÉRDATE DE MÍ (Carlos Augusto Salaverry)
¡Oh, cuánto tiempo silenciosa el alma
mira en redor su soledad que aumenta!
Como un péndulo inmóvil: ya no cuenta
las horas que se van,
ni siente los minutos cadenciosos
al golpe igual del corazón que adora
aspirando la magia embriagadora
de tu amoroso afán.
Ya no late, ni siente, ni aún respira
petrificada el alma allá en lo interno;
tu cifra en mármol con buril eterno
queda grabada en mí.
Ni hay queja al labio ni a los ojos llanto;
muerto para el amor y la ventura
esta en tu corazón mi sepultura
y el cadáver aquí.
En este corazón ya enmudecido
cual la ruina de un templo silencioso,
vacío, abandonado, pavoroso
sin luz y sin rumor;
embalsamadas ondas de armonía
elevábanse a un tiempo en sus altares;
y vibraban melódicos cantares
los ecos de tu amor.
¡Parece ayer!... De nuestros labios mudos
el suspiro de ¡adiós! volado al cielo,
y escondías la faz en tu pañuelo
para mejor llorar!
¡Hoy!... ¡nos apartan los profundos senos
de dos inmensidades que has querido,
y es más triste y más hondo el de tu olvido
que el abismo del mar!
Pero, ¿qué es este mar? ¿qué es el espacio?
¿Qué la distancia, ni los altos montes?
¿Ni qué son esos turbios horizontes
que miro desde aquí;
si al través del espacio y de las cumbres,
de ese ancho mar y de ese firmamento,
vuela por el azul mi pensamiento
y vive junto a ti?
¡Si yo tus alas invisibles veo,
te llevo dentro del alma estás conmigo,
tu sombra soy y donde vas te sigo
de tus huellas en pos!
y en vano intentan que mi nombre olvides;
nacieron nuestras almas enlazadas,
y en el mismo crisol purificadas
por la mano de dios!
Tú eres la misma aún; cual otros días
suspéndense tus brazos de mi cuello;
veo tu rostro apasionado y bello
mirarme y sonreír;
aspiro de tus labios el aliento
como el perfume de claveles rojos,
y brilla siempre en tus azules ojos
mi sol, ¡mi porvenir!
Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido;
mi nombre está en la atmósfera, en la brisa,
y ocultas a través de tu sonrisa
lágrimas de dolor;
pues mi recuerdo tu memoria asalta,
y a pesar tuyo por mi amor suspiras,
y hasta el ambiente mismo que respiras
te repite mi amor!
¡Oh! Cuando vea en la desierta playa,
con mi tristeza y mi dolor a solas,
el vaivén incesante de las olas,
me acordaré de ti;
cuando veas que una ave solitaria
cruza el espacio en moribundo vuelo,
buscando un nido entre el mar y el cielo,
¡acuérdate de mí!
Carlos Augusto Salaverry (Perú, 1830-1891) | Está considerado como el más destacado representante del romanticismo en su país junto a Ricardo Palma. Es muy conocido por su poesía de contenido amatorio, y de ellas, quizá esta que ofrecemos aquí sea una de las más importantes. Como dice Antenor Samaniego, su obra destaca por “la dulzura melancólica de su alma apasionada, por el elegante pesimismo de su actitud ante la vida y por la emoción colorista que anima su intimidad desgarrada”.
LA RENUNCIA (Andrés Eloy Blanco)
He renunciado a ti. No era posible.
Fueron vapores de la fantasía;
son ficciones que a veces dan a lo inaccesible
una proximidad de lejanía.
Yo me quedé mirando cómo el río se iba
poniendo encinta de la estrella...
Hundí mis manos locas hacia ella
y supe que la estrella estaba arriba...
He renunciado a ti, serenamente,
como renuncia a Dios el delincuente;
he renunciado a ti como el mendigo
que no se deja ver del viejo amigo;
como el que ve partir grandes navíos
con rumbos hacia imposibles y ansiados continentes;
como el perro que apaga sus amorosos bríos
cuando hay un perro grande que le enseña los dientes;
como el marino que renuncia al puerto
y el buque errante que renuncia al faro
y como el ciego junto al libro abierto
y el niño pobre ante el juguete caro.
He renunciado a ti, como renuncia
el loco a la palabra que su boca pronuncia;
como esos granujillas otoñales,
con los ojos extáticos y las manos vacías,
que empañan su renuncia, soplando los cristales
en los escaparates de las confiterías...
He renunciado a ti, y a cada instante
renunciamos un poco de lo que antes quisimos
y al final, cuántas veces el anhelo menguante
pide un pedazo de lo que antes fuimos!
Yo voy hacia mi propio nivel. Ya estoy tranquilo.
Cuando renuncie a todo, seré mi propio dueño;
desbaratando encajes regresaré hasta el hilo.
La renuncia es el viaje de regreso del sueño...
Andrés Eloy Blanco (Venezuela, 1896-1955) | La poesía del venezolano Andrés Eloy Blanco es tan variada en estilos como rica en su forma de ofrecerse. Tiene, además, la consideración social que de la palabra tenía el autor. Como él mismo expresó: “tengo del poeta un concepto nuevo; porque considero como la más alta de sus funciones la función social del poeta.”. En esta ocasión ofrecemos una de sus grandes poesías, “La Renuncia”, en donde se expone el lado no correspondido del amor.
EL MAR (Matilde Alba Swann)
El mar soñó en voz alta
que tú me besarías.
Libérame un instante los labios,
necesito
contarte sobre el filo
de aurora en que amaneces conmigo,
que fue cierto,
que sí,
que nos amamos.
Y ya antes
que deshaga de espumas,
-el mar sueña que muero a tu costado-
reanúdate,
yo quedo.
Y déjame tus manos.
O llévate apretados contigo
estos dos gozas y miedos y gemidos.
Mis dos gritos a un tiempo;
dos tigres, dos palomas;
dos himnos, dos sollozos;
dos triunfos, dos nostalgias;
dos culpas
y una sola locura
y un milagro.
O déjame tus manos.
Dos potros, dos tormentos
dos blancos dulces perros lamiéndome
los pasos;
dos náufragos, dos puertos;
dos fuerzas, dos desmayos;
dos gotas de una lluvia de estío;
dos blasfemias,
dos templos, dos guaridas;
dos cielos, dos infiernos,
dos dioses, y una génesis sola
sobre el caos.
La sal
ancla en el fondo del mar
castillos blancos.
Desátame los brazos
o apaga estos caminos de viento
que me llaman.
O vuélveme a la hoguera
del beso hasta que queden cenizas.
Desde el nácar
profundo
sueña un niño celeste, que amanece.
Matilde Alba Swann (Argentina, 1912-2000) | La poesía de la argentina Matilde Alba es clara, transparente, y a veces intimista. Como señala el poeta Fausto Leonardo Henríquez, “es natural, sana y muy a menudo optimista (…) Porque canta lo humano, lo genuinamente humano sin excepción. Adoba toda su poesía con la vida y con un sinfín de emociones estéticas que consigna en imágenes de una belleza cautivante”.
POR SIEMPRE (Mario Benedetti)
Si la esmeralda se opacara,
si el oro perdiera su color,
entonces, se acabaría
nuestro amor.
Si el sol no calentara,
si la luna no existiera,
entonces, no tendría
sentido vivir en esta tierra
como tampoco tendría sentido
vivir sin mi vida,
la mujer de mis sueños,
la que me da la alegría...
Si el mundo no girara
o el tiempo no existiese,
entonces, jamás moriría
Jamás morirías
tampoco nuestro amor...
pero el tiempo no es necesario
nuestro amor es eterno
no necesitamos del sol
de la luna o los astros
para seguir amándonos...
Si la vida fuera otra
y la muerte llegase
entonces, te amaría
hoy, mañana...
por siempre...
todavía.
Mario Benedetti (1920-2009) | Mario Benedetti fue uno de los grandes renovadores latinoamericanos de la lengua poética. En sus poesías redescubre la vida cotidiana y lo hace empleando un lenguaje directo, a veces coloquial, que combina expresiones y conceptos de varios países, metáforas vitales y neologismos, muchas veces con un gran sentido del humor. Su obra, por lo general, se asocia a un realismo crítico o social, pero no por ello limita la visión estética. Sin embargo, lo importante de Benedetti es lo siguiente: que su poesía llega al lector de una forma que muy pocas otras pueden igualar. Por esa técnica sutil con que te atrapa, por esas ironías, por los temas que ofrece y con que te identificas y por toda la belleza que transmite.
POEMA 84 (SU PECHO ES PROPICIO PARA PERLAS...) (Emily Dickinson)
Su pecho es propicio para perlas,
Pero yo no soy un Buceador—
Su frente es propicia para tronos
Pero yo no tengo penacho.
Su corazón es propicio para un hogar—
Yo—un Gorrión—construyo ahí—
Con la dulzura de las ramas
Mi perenne nido.
Emily Dickinson (Estados Unidos, 1830-1886) | Resulta curioso que una poeta de la importancia de Emily Dickinson se negara durante toda su vida a publicar su obra. En parte, porque sabía que lo que estaba haciendo era distinto a todo lo convencional, con esas obras sin título, rimas consonantes imperfectas, líneas cortas y otros atípicos recursos que rompían con las reglas de su tiempo. De hecho, cuando al fin vieron la luz sus poesías, cuatro años después de su muerte, las críticas fueron muy negativas. El tiempo, sin embargo, cambiaría esta impresión y demostraría que, simplemente, Emily se había adelantado a su tiempo. Por eso es hoy, junto a Edgar Allan Poe, Walt Whitman y Ralph Waldo Emerson, una de las principales y más influyentes personalidades de la poesía estadounidense.
SI SUPIERA (Gabriel García Márquez)
Si supiera que esta fuese la última vez
Que te veo salir por esa puerta,
Te daría un abrazo, un beso
Te llamaría de nuevo para darte más…
Si supiera que esta fuera la última vez
Que voy a oír tu voz…
Grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas
Una y otra vez indefinidamente…
Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo
Diría te quiero
Y no asumiría tontamente
Que ya lo sabes.
Siempre hay un mañana y la vida
Nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien,
Pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda
Me gustaría decirte cuanto te quiero
Que nunca te olvidaré…
Gabriel García Márquez (Colombia 1927-2014) | Aunque es más conocido por sus grandes obras en prosa, está claro que el estilo de Gabriel García Márquez está impregnado de lírica. En sus poesías no busca retorcer el lenguaje, sino transmitir momentos y pensamientos de los personajes, que, ante todo, buscan expresar sus sentimientos. En palabras de Diego Fernando Meneses: “Creería que Gabo, como poeta, sabe bien la técnica, pero sabe más sobre el alma humana. Es la respuesta personal a esta tensión vital lo que le permite caracterizar de forma sentida y vital sus obras”.
COMO GATA BOCA ARRIBA (Gioconda Belli)
Te quiero como gata boca arriba,
panza arriba te quiero,
maullando a través de tu mirada,
de este amor-jaula
violento,
lleno de zarpazos
como una noche de luna
y dos gatos enamorados
discutiendo su amor en los tejados,
amándose a gritos y llantos,
a maldiciones, lagrimas y sonrisas
(de esas que hacen temblar el cuerpo de alegría)
Te quiero como gata panza arriba
y me defiendo de huir,
de dejar esta pelea
de callejones y noches sin hablarnos,
este amor que me marea,
que me llena de polen,
de fertilidad
y me anda en el día por la espalda
haciéndome cosquillas.
No me voy, no quiero irme, dejarte,
te busco agazapada
ronroneando,
te busco saliendo detrás del sofá,
brincando sobre tu cama,
pasándote la cola por los ojos,
te busco desperezándome en la alfombra,
poniéndome los anteojos para leer
libros de educación del hogar
y no andar chiflada y saber manejar la casa,
poner la comida,
asear los cuartos,
amarte sin polvo y sin desorden,
amarte organizadamente,
poniéndole orden a este alboroto
de revolución y trabajo y amor
a tiempo y destiempo,
de noche, de madrugada,
en el baño,
riéndonos como gatos mansos,
lamiéndonos la cara como gatos viejos y cansados
a los pies del sofá de leer el periódico.
Te quiero como gata agradecida,
gorda de estar mimada,
te quiero como gata flaca
perseguida y llorona,
te quiero como gata, mi amor,
como gata, Gioconda,
como mujer,
te quiero.
Gioconda Belli (Nicaragua, 1948) | La poesía de Gioconda Belli se consideró en su momento revolucionaria, no solo por su temática y sus ideas políticas, también por el modo en que abordó el deseo y la sensualidad, apartando muchos de los tabúes que entonces había en torno a la sexualidad femenina. Su obra ha sido capaz de registrar con originalidad, honestidad y maestría las emociones, conflictos y contradicciones que traen los sentimientos. Como sintetiza la profesora Mónica García Irles: “[los] ámbitos tradicional y exteriorista se funden en la figura de Belli y de sus compañeras de generación, renovando modelos anteriores y dando por primera vez una voz propia a la mujer”.
UNA CARTA DE AMOR (Julio Cortázar)
Todo lo que de vos quisiera
es tan poco en el fondo
porque en el fondo es todo
como un perro que pasa, una colina,
esas cosas de nada, cotidianas,
espiga y cabellera y dos terrones,
el olor de tu cuerpo,
lo que decís de cualquier cosa,
conmigo o contra mía,
todo eso es tan poco
yo lo quiero de vos porque te quiero.
Que mires más allá de mí,
que me ames con violenta prescindencia
del mañana, que el grito
de tu entrega se estrelle
en la cara de un jefe de oficina,
y que el placer que juntos inventamos
sea otro signo de la libertad.
Julio Cortázar (Argentina, 1914-1984) | Cortázar es, sobre todo, conocido por su obra en prosa, pero igual merece la pena, y mucho, la lectura de su obra poética. Por el talento que demuestra. Por su capacidad para romper con los cánones y arriesgar. Por esa forma única de expresar sus sentimientos e inquietudes. Porque, sin Cortázar, la literatura del siglo XX no hubiera sido la misma.
MISS X (Jaime Sabines)
Miss X, sí, la menuda Miss Equis,
llegó, por fin, a mi esperanza:
alrededor de sus ojos,
breve, infinita, sin saber nada.
Es ágil y limpia como el viento
tierno de la madrugada,
alegre y suave y honda
como la yerba bajo el agua.
Se pone triste a veces
con esa tristeza mural que en su cara
hace ídolos rápidos
y dibuja preocupados fantasmas.
Yo creo que es como una niña
preguntándole cosas a una anciana,
como un burrito atolondrado
entrando a una ciudad, lleno de paja.
Tiene también una mujer madura
que le asusta de pronto la mirada
y se le mueve dentro y le deshace
a mordidas de llanto las entrañas.
Miss X, sí, la que me ríe
y no quiere decir cómo se llama,
me ha dicho ahora, de pie sobre su sombra,
que me ama pero que no me ama.
Yo la dejo que mueva la cabeza
diciendo no y no, que así me cansa,
y mi beso en su mano le germina
bajo la piel en paz semilla de alas.
Ayer la luz estuvo
todo el día mojada,
y Miss X salió con una capa
sobre sus hombros, leve, enamorada.
Nunca ha sido tan niña, nunca
amante en el tiempo tan amada.
El pelo le cayó sobre la frente,
sobre sus ojos, mi alma.
La tomé de la mano, y anduvimos
toda la tarde de agua.
¡Ah, Miss X, Miss X, escondida
flor del alba!
Usted no la amará, señor, no sabe.
Yo la veré mañana.
Jaime Sabines (México, 1926-1999) | Jaime Sabines es un poeta excepcional dotado de una especial magia para las palabras que siempre llama la atención por la original forma con que encuentra el amor en las frases cotidianas. José Emilio Pacheco dijo que con obras como “Tarumba”, Sabines se adelantó a su tiempo y Octavio Paz lo calificó como uno de los mejores poetas contemporáneos que ha dado la lengua española.
AMOR ES... (Dulce María Loynaz)
Amar la gracia delicada
del cisne azul y de la rosa rosa;
amar la luz del alba
y la de las estrellas que se abren
y la de las sonrisas que se alargan...
Amar la plenitud del árbol,
amar la música del agua
y la dulzura de la fruta
y la dulzura de las almas dulces....
Amar lo amable, no es amor:
Amor es ponerse de almohada
para el cansancio de cada día;
es ponerse de sol vivo
en el ansia de la semilla ciega
que perdió el rumbo de la luz,
aprisionada por su tierra,
vencida por su misma tierra...
Amor es desenredar marañas
de caminos en la tiniebla:
¡Amor es ser camino y ser escala!
Amor es este amar lo que nos duele,
lo que nos sangra bien adentro...
Es entrarse en la entraña de la noche
y adivinarle la estrella en germen...
¡La esperanza de la estrella!...
Amor es amar desde la raíz negra.
Amor es perdonar;
y lo que es más que perdonar,
es comprender...
Amor es apretarse a la cruz,
y clavarse a la cruz,
y morir y resucitar ...
¡Amor es resucitar!
Dulce María Loynaz (Cuba, 1902-1997) | Dulce María Loynaz es una de las grandes poetas que dio el siglo XX. Su obra forma parte de la poesía intimista femenina latinoamericana y ofrece algunos de los ejemplos más bellos de cómo se puede expresar el amor.
DOS CUERPOS (Octavio Paz)
dos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
y la noche es océano.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos piedras
y la noche es desierto.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.
Dos cuerpos frente a frente
son dos astros que caen
en un cielo vacío
Octavio Paz (México, 1914-1998) | El amor es uno de los pilares principales sobre los que se sustenta la obra del gran autor mexicano. Su poesía es de gran sensibilidad y, para muchos, es el mejor poeta que ha dado su país.
NADIE, NI SIQUIERA LA LLUVIA (E.E. Cummings)
En algún lugar al que nunca he viajado,
felizmente más allá de toda experiencia,
tus ojos tienen su silencio:
En tu gesto más frágil hay cosas que me encierran
o que no puedo tocar porque están demasiado cerca.
Con una ligera mirada me liberas.
Aunque me haya cerrado como un puño,
siempre abres, pétalo a pétalo, mi ser,
como la primavera abre con misteriosa destreza su primera rosa.
O si deseas cerrarme, yo y
mi vida nos cerraremos muy hermosa y súbitamente,
como cuando el corazón de esta flor imagina
la nieve cayendo cuidadosamente por doquier.
Nada que hayamos de percibir en este mundo iguala
la fuerza de tu intensa fragilidad, cuya textura
me somete con el color de sus campos,
retornando a la muerte y la eternidad con cada respiro.
(Ignoro tu destreza para cerrar y abrir,
solo algo en mí entiende
que la voz de tus ojos es más profunda que todas las rosas)
Nadie, ni siquiera la lluvia tiene manos tan pequeñas.
E.E. Cummings (Estados Unidos, 1894-1962) | A principios de los años sesenta se calificaba a E.E. Cummings como “el segundo poeta más leído en los Estados Unidos”, únicamente por detrás de Robert Frost. El motivo: su poesía, llamativamente original, mostraba una fuerza y una pasión excepcionales. Además, era fácilmente identificable, pues pocos se arriesgaron como él a la hora de ofrecer nuevas técnicas y formas para el género. Hoy día se le considera una de las voces más importantes de la poesía del siglo XX.
LOS VERSOS QUE TE HICE (Florbela Espanca)
¡Déjame decirte lindos versos raros
Que en mi boca tengo para así decirte!
Están esculpidos en mármol de Paros
Por mí cincelados para a ti servirte.
Son por su dulzura terciopelos caros,
Son como las sedas pálidas a arderte...
¡Déjame decirte lindos versos raros
Que fueron creados para enloquecerte!
Mas no te los digo, mi Amor, todavía...
¡Que siempre una boca de mujer es linda
Cuando dentro guarda versos que no dice!
¡Te deseo tanto! Nunca te besé...
Y en el beso, amor, que no te entregué
Guardo los más lindos versos que te hice!
Florbela Espanca (Portugal, 1894-1930) | La portuguesa Florbela Espanca .está considerada como una de las poetas más importantes de su país, así como una de las primeras en expresar los sentimientos femeninos en su lengua. Fue contemporánea del modernismo, y lo conoció, pero su estilo recuerda más al de los poetas románticos, pese a que no se adscriba plenamente a él. Aquí desea declarar su amor, pero su condición de mujer en un tiempo en que las costumbres impedían la total manifestación de los sentimientos, le obligan a guardar silencio.
DESEO (Federico García Lorca)
Sólo tu corazón caliente,
y nada más.
Mi paraíso un campo
sin ruiseñor
ni liras,
con un río discreto
y una fuentecilla.
Sin la espuela del viento
sobre la fronda,
ni la estrella que quiere
ser hoja.
Una enorme luz
que fuera
luciérnaga
de otra,
en un campo
de miradas rotas.
Un reposo claro
y allí nuestros besos,
lunares sonoros
del eco,
se abrirían muy lejos.
Y tu corazón caliente,
nada más.
Federico García Lorca (España, 1898-1936 | García Lorca es, sin duda, uno de los más importantes e influyentes del siglo XX y uno de los que menos presentaciones necesita. Su obra se alimenta, en general, de sus obsesiones personales (el amor, el deseo, la frustración o la muerte serían algunos de sus temas principales) y en ella trata de plasmar su perspectiva trágica (y a la vez hermosa) de la vida. Pero, más allá de análisis, lo que importa es el impacto que sus textos producen en el lector. Por algo Pablo Neruda dijo de él que era “el ángel de este momento de nuestra lengua”.